Mírenme si no, con mi mejor traje recién planchado, camisa de un blanco inmaculado, corbata con el nudo perfectamente ajustado, zapatos lustrados hasta parecer espejos Entonces oí esa carcajada dantesca que lo ocupó todo, noté mi piel erizarse, mis ojos abrirse. Atropellé a mis fantasmas gemelos con dificultad y conseguí salir de allí, todos mis miedos siguieron riendo hasta que recuperé el silencio. No sabia como habia llegado hasta esta parte de la ciudad y es que llevaba una temporada abusando en exceso del alcohol.
El mundo | Los microrrelatos
En la isla en que detiene su esquife el argonauta del inmortal Ensoñación, donde la eterna pauta de las eternas liras se escucha: -Isla de oro en que el tritón elige su caracol sonoro y la ninfa blanca va a ver el sol -un día 5 se oye un tropel vibrante de fuerza y de armonía. Son los centauros. Cubre la llanura. Les siente la montaña. De lejos, forman son de torrente que cae; su galope al aire que reposa despierta, y estremece la acero del laurel-rosa. Van en galope acompasado. Junto a un fresco boscaje, fachada al gran Oceano, se paran.