Véanse Mosíah ; D. Antes de nacer, éramos espíritus sin un cuerpo físico. Había muchas cosas que no podíamos hacer hasta que tuviéramos un cuerpo. Dios nos mandó a la tierra para obtener un cuerpo. Necesitamos un cuerpo tanto espiritual como físico para llegar a ser como el Padre Celestial.
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Se es persona por el alma humana y por el cuerpo humano. De pronto, a los once a doce años empezó a cambiar, interna y externamente. Los cambios externos los han notado claramente, pero no así los internos. Es el momento en que maduran físicamente.