Por cultura y por vocación política, nuestro país forma parte del concierto de naciones latinoamericanas. Esta aseveración, así parezca evidente al lector de nuestros días, tomó mucho tiempo y fatiga deliberativa para ser aceptada en la sociedad mexicana y en la comunidad hemisférica. Durante largos anos, la pertenencia a ambas regiones se apreciaba como excluyente; no se podía ni se debía ser a la vez latinoamericano y asumir una posición geoestratégica privilegiada frente a las dos potencias de América del Norte. Este razonamiento no carecía, ni carece de verdad. Sin embargo, los mteresados de México se ven mejor servidos asumiendo esta característica geopolítica singular: somos a la vez parte integrante de América del Norte y de nuestra América Latina. Lo mismo se advirtió con respecto a la Cuenca del Pacífico —de la cual nuestro país forma parte— y de los nexos históricos y muy antiguos de México con Europa. Con América del Norte no sólo nos une la geografía.
Puebla: europea y mexicana
Si hay problemas analizamos qué tenemos que hacer para recuperar al robot y poder decir si estamos listos para el siguiente día y podremos comandarlo o no. Diferentes grupos tienen diferentes niveles de trabajo. Me gusta abundante el nombre que usamos de agalludo robótico, porque es como tu agalludo, tu mano, tu muñeca y tus dedos. Y hay un instrumento que pueden pensarlo incluso como el delight, porque una vez que taladramos la roca Perseverance puede encapsular especímenes en tubos y luego los guarda dentro del robot. Es casi como si se los estuviera poniendo dentro de su estómago.