El otro día leía un hilo relativamente viral de una periodista, que se autodenominaba feminista radical transinclusiva, en el que nos explicaba cómo la aplicación de ligoteos se había convertido en un reflejo de la supuesta crisis que estaba atravesando la masculinidad. Resulta que la mayoría de chicas tienen un enorme éxito en Tinder: les abren cinco conversaciones nuevas al día y tienen en torno a 60 matches semanales; lo cual es algo abrumador y que, como no podría ser de otra manera, responde a lógicas patriarcales. Esto por supuesto responde a un axioma patriarcal a partir del cual los varones solo vemos a las mujeres como corporeidades de consumo de usar y tirar, mientras ellas, por otro lado, nos ven como personas completas. Se dice que esa chica sigue pululando por la aplicación. Imagínate la suerte de poder empatizar con semejante víctima del sistema patriarcal opresor, poder escuchar en primera persona la intrépida lucha de aquellas jóvenes chicas blancas de clase media alta que tienen que lidiar día y noche con inoportunos mensajes en las aplicaciones de ligoteo. La verdad es que a mí no. Y es que personalmente me fascina el grado de victimización que algunas feministas pretenden vendernos sin ruborizarse por el camino.
Si el gusto es mucho habrá toda una etapa de conquista y por qué no de algo más
Como antes en el mundo real, hombres y mujeres nos encontramos en la red social de ligue pero Madama hablando por el móvil. Allí estaba. Lucía cuenta cómo el chico ya le había dado a me gusta y en cuanto ella lo encontró, se produjo el match. Lo vi, me gustó físicamente y quería pasarlo bien, pero él desde el principio me dejó claro que no me veía como alguien de una confusión. Estuvieron chateando tres semanas, sin acordar porque él decía que estaba bastante ocupado y el día que últimamente quedaron, él la avisó horas antiguamente para cancelar la cita porque estaba malo. Días después, cuando Lucía lo comentó con sus amigas, ellas le hablaron del ghosting ver glosario y todo quedó claro. A Ana, una escritora barcelonesa de 36 años, un chico le hizo lo mismo: Estuvimos chateando durante un mes, nos vimos tres veces y luego se esfumó. Y fue todo un éxito.
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O porque directamente conoces a una andoba Tauro que te hace tilín. Sí, no apartes la mirada. Lo mejor es que seamos claras la una con la otra, que nos tuteemos incluso, piensa que ahora mismo estoy a punto de ser tu alcahueta , así que lo mejor es que nos dejemos estar de formalidades. Tu crush ha nacido entre el 20 de abril y el 20 de mayo, es decir, su signo solar es Tauro. Bueno, a admirar frena un momento. Antes de que entremos de lleno a las claves de cómo hacer que esa andoba Tauro se fije en ti, déjame que dé un aviso a navegantes. Antes que digas que esto es una simplificación, sí, lo es. Antiguamente que digas, pero es que denial todos los Tauro son iguales, realmente, toda la razón.